Para conocer las principales diferencias entre las personas físicas y morales, antes de todo nos gustaría aclarar la definición de estos dos conceptos.
La persona física ante el SAT es un individuo que realiza una actividad económica y está obligado a cumplir con las disposiciones fiscales establecidas en la legislación mexicana (o sea pagar sus impuestos). Esto implica registrarse ante el SAT y obtener un número de registro federal de contribuyentes (RFC), el cual le permitirá realizar diversas actividades fiscales.
Las personas físicas también tienen la obligación de llevar un registro adecuado de sus transacciones financieras, presentar declaraciones fiscales en tiempo y forma, pagar impuestos correspondientes y cumplir con otras obligaciones fiscales que puedan ser aplicables a su actividad económica.
La persona moral por su parte es una entidad jurídica (o sea una sociedad entre 2 o más personas) constituida legalmente en México, que tiene una existencia y personalidad jurídica distinta de sus propietarios y está obligada a cumplir con las disposiciones fiscales establecidas en la legislación mexicana.
Las personas morales pueden ser empresas, asociaciones, sociedades, entre otras formas de organización, y tienen una serie de obligaciones fiscales específicas en función de su actividad económica.
OJO: Si estás por abrir un negocio y no sabes que Régimen te conviene, es de suma importancia primero asesorarte ya que el registrarte en el régimen incorrecto, podría afectar el monto a pagar en tus impuestos, ya que una persona moral casi siempre deberá pagar más impuestos.
De las diferencias entre personas físicas y morales más notables sobre estos dos conceptos que se pueden llegar a confundir si eres nuevo en la contabilidad fiscal son:
- Naturaleza jurídica: La distinción inicial entre una persona física y una persona moral radica en que la primera se refiere a un individuo en particular, mientras que la segunda se refiere a un conjunto de personas que comparten un propósito común, ya sea con fines comerciales o sin fines de lucro. En otras palabras, una persona que tiene un negocio o una empresa es considerada una persona física, mientras que la entidad o compañía que se crea a través de ella es considerada una persona moral.
- Capacidad legal: La persona física tiene capacidad legal para realizar actos jurídicos por sí misma, mientras que la persona moral requiere de un representante legal para realizar dichos actos.
- Responsabilidad legal: La persona física es responsable de sus propios actos y decisiones, mientras que la persona moral es responsable de los actos de sus representantes legales y de sus propios actos como entidad.
- Patrimonio: La persona física tiene un patrimonio propio y separado del patrimonio de otras personas, mientras que la persona moral tiene un patrimonio propio y separado de los patrimonios de sus socios o accionistas.
- Duración: La persona física existe mientras el individuo está vivo, mientras que la persona moral puede existir de forma indefinida.
Puede ser que te puedas confundir con estos conceptos y no sepas aún cuál eres, si tienes alguna duda sobre si deberías tributar como persona moral o física ¡Agenda una cita! y recibe una asesoría gratis.